INTRODUCCIÓN
El carcinoma de uraco es una entidad infrecuente; de la cual aún se conoce poco sobre su comportamiento y tratamiento ideal. El cuadro clínico de hematuria debe hacernos sospechar la posibilidad de dicho tumor y el manejo deberá ser agresivo para lograr una supervivencia prolongada.
OBJETIVO
Sospechar la posibilidad de dicho tumor ante toda hematuria. Conocer mejor el manejo diagnóstico y abordaje terapéutico de esta infrecuente estirpe tumoral.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se presenta un caso clínico de un varón de 49 años cuyos antecedentes personales son hipertensión, diabetes y una cirrosis hepática de origen enólico. Consulta por hematuria con coágulos, asintomática, de 6 días de duración. A la exploración destacaba una masa palpable en región hipogástrica no dolorosa.
RESULTADOS
Se realiza ecografía y TAC abdomino- pélvico identificándose una masa de morfología tubular de aproximadamente 7,7 cm que se extiende desde el ombligo hasta la cúpula vesical.
Se completa estudio con cistoscopia y RTU vesical para toma de biopsias, donde se observa una lesión sobreelevada, irregular en cúpula de tipo sólido. El resultado anatomopatológico de la biopsia fue de neoplasia maligna formada por células atípicas de aspecto epitelial que crecen con patrones sólido y glandular e infiltran la muscular.
Ante esta situación se plantea intervención quirúrgica, realizándose cistectomía parcial con resección completa del uraco seguida de linfadenectomía pélvica bilateral. El resultado anatomopatológico de la pieza fue de adenocarcinoma de origen uracal que infiltra la muscular propia vesical.
DISCUSION
El carcinoma de uraco es un tumor muy infrecuente. Predomina en varones siendo el subtipo histológico más frecuente el adenocarcinoma. La mayoría de los casos se diagnostican en estadios tardíos, ya que las manifestaciones no aparecen hasta entonces. Se presenta habitualmente como una masa pélvica palpable y hematuria, debiendo seguir el mismo protocolo diagnóstico que para los tumores vesicales (cistoscopia y RTU-vesical). Ha de plantearse el diagnóstico diferencial con el adenocarcinoma de cúpula vesical. La cistectomía parcial y umbilectomía en bloque, junto con linfadenectomía extendida es el tratamiento de elección. La quimioterapia y radioterapia ofrecen pobres resultados.
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